Todos en algún momento necesitamos reforzar la confianza en nosotros mismos.
Para muchas personas este tema es bastante escabroso y desgastante porque están sembrando sobre la duda y la necesidad de salir de alguna situación conflictiva, ya externa o interna.
Adentrarte en tu propia confianza es cuestión de entrenamiento para soltar viejas formas de pensar y actuar para crear un nuevo espacio dentro de ti y llenarlo de fe, confianza y seguridad en ti mismo.
Impactar tu mente es fundamental en esto, pues harás que tu subconsciente se replantee lo que ya tenía grabado y hacer borrón y cuenta nueva.
Para conseguirlo tienes que ser persistente en tu decisión de dar ese giro. Los resultados llegarán a ser realmente beneficiosos y te llenarán de entusiasmo elevando sin lugar a dudas, tu autoestima.
Hoy te voy a dar 7 maneras de alcanzarlo, lo suyo es que te entrenes en ellas una a una durante un tiempo prolongado según tu creas conveniente, y luego pasar a otra.
1.- Identificar tus creencias limitantes.
Cuando somos niños sentimos que todo es posible y tenemos un elevado grado de curiosidad por todo lo que ocurre a nuestro alrededor. No vemos límites y creemos que podemos conquistar el mundo.
Sin embargo en algún momento según vamos creciendo ese entusiasmo y vitalidad de la niñez va menguando. Esto se da por todo lo que aceptamos y damos por hecho sin cuestionar pues nos llega de padres, profesores, TV, modas, música…
En este punto hemos creado nuestro paquete de creencias y se han instalado bien fuerte dentro, muy adentro.
Ahora llega el momento de averiguar cuáles de esas creencias son verdaderamente buenas para ti y cuáles no.
¿Cuáles son las que te limitan, te bloquean, te paralizan? las observa en tu mente, luego ponlas sobre papel y actúa para cambiarlas o eliminarlas. No importa si sientes un pellizco en tu estómago, eso es buena señal, permítete ir más allá de tu zona de confort. Cuando subas tu nivel de confianza en ti mismo te quedarás perplejo de todo lo que puedes conseguir.
2.- No confundir recuerdos con hechos.
No almacenamos nuestros recuerdos tal y como ocurrieron, sencillamente tomamos lo esencial de ese momento y lo guardamos de manera que tenga sentido para nosotros.
De ahí que existan diferentes versiones de un mismo hecho dependiendo de cada persona en particular.
Tu cerebro tiene preferencias basadas en tus propias creencias y valores, la memoria selectiva hace que almacenes tus recuerdos de acuerdo a ello para evitar sobrecargarse con información.
Es muy beneficioso darte cuenta de que tu memoria no siempre te trae información fidedigna. Si por ejemplo tu autoestima es baja tu cerebro confirmará esto conservando solo información que corrobore que efectivamente no tienes suficiente autoestima.
Revisa tus recuerdos, sobre todo los que están conectados con tus creencias limitantes, quizás puedas cotejarlos con otra persona que estuviera presente en aquel momento. Crea otro marco de referencia para ese recuerdo, dale diferentes perspectivas y amplía tu visión aprovechando para entrar en el campo de las infinitas posibilidades.
3. Potencia un diálogo interno positivo.
Tu respuesta neurobiológica se ve afectada por las palabras que utilizas cuando te hablas a ti mismo.
Si en vez de hablarte a ti mismo de una manera desgastante: “no vales para nada”, “esto es muy difícil para ti”, “no lo conseguirás”, “ni lo pienses siquiera porque finalmente no lo harás”, “si no lo vas a hacer para que te agobias pensando en ello”, etc. lo ves como un reto para crecer y sentirte mejor contigo mismo tu respuesta será positiva.
¿Cómo te hablas a ti mismo? ¿Qué palabras utilizas?
4.- Supera tus preferencias negativas pensando en positivo.
Presta menos atención a tus errores y pon el foco en tus aciertos, da una patada a los pensamientos que te asustan, ya no te aportan nada.
Observa tus pensamientos,procura mantener los positivos por 20 segundos en tu mente. No suprimas los negativos, solamente déjalos pasar sin pararte en ellos.
Además este es un maravilloso ejercicio para entrenar tu cerebro.
5.- Eleva tu curiosidad.
Haz preguntas, no te cortes.
La curiosidad es la base de un larga vida en continuo crecimiento.
Si eres curioso estás abierto a que otras personas te enseñen, aprendes, abres tu corazón y tu mente y tu cerebro se expande para conocer otros mundos y nuevas experiencias.
Observa todo lo que te rodea, escucha con orejas de elefante y ábrete a nuevas posibilidades.
6.- Supera la duda sobre ti.
Si te falta confianza en ti mismo sentirás que vives a merced de los demás, lo tuya no tendrá fuerza y los demás siempre tendrán la razón. Esto crea en tu mente una imagen personal de víctima y en ese caso ya nunca tendrás suficiente resiliencia para enfrentar la vida.
Es momento de reconocer e identificar en qué aspectos la duda hace que te bloquees, solo tu mismo te estás impidiendo alcanzar lo que de verdad quieres.
7.- Enfrenta tus miedos.
Cuando te sientes seguro no hay miedos, donde hay amor no hay miedos.
El miedo paraliza, el amor te impulsa, te llena de entusiasmo. Ahora mira tu miedo más atroz, míralo hasta acercarte a él lo máximo posible, de seguro que vencerás.
Quédate con el miedo que te salva de algo peor, suelta la ilusión de impotencia que te crean los miedos innecesarios.
Cuando abrazas fuertemente tus miedos, estos desaparecen.
Relájate, medita, respira.