Uno de los principios de Reiki es “Solo por hoy no me preocupo”. Cuando practicas este principio diariamente y con consistencia aprendes a manejar tus preocupaciones pasando a la acción y liberas el dolor emocional.
El pasado se fue, solo puedes aprender de él y seguir adelante, el futuro todavía no ha llegado y cuando llegue será hoy. El presente, el hoy es lo único que verdaderamente tienes por tanto si solo por hoy eliminas la preocupación esto será algo natural en tu día a día.
Preocuparte es algo que produce dolor, un dolor por encima de tu ombligo, este punto se llama plexo solar, que a veces hasta llega a tu pecho provocando ahogos (ansiedad). ¿Esto te resulta agradable? ¿Potencia tu bienestar? No, claro que no.
Cuando dejes de preocuparte y comiences a ocuparte serás el “bicho raro” porque lo “normal” en esta sociedad es el estar preocupados. Esto lleva a potenciar el victimismo y crear adicción al drama.
Estas son energías negativas que necesitan alimentarse de tu desesperación y sutilmente te atrapan aprovechando cualquier situación adversa. De ti depende echar el freno o seguir alimentando a la carroña, a costa de tu salud y tu felicidad.
Se valiente y no dejes que las influencias externas puedan contigo y no te permitan ser tu misma/o.
Estamos tan acostumbrados a preocuparnos, entre otras cosas porque es lo que está bien visto porque es lo que la gran mayoría hace, que dar el giro que te lleve al cambiar eso puede resultar agotador, sin embargo todo es posible.
Siempre hay una solución, a veces más positiva para todos los implicados, otras algo menos pero siempre encuentras la salida.
Quizás vaya siendo hora de que te pares a observar cuántas veces te preocupas al día, por qué motivos lo haces, qué sensaciones se producen en tu interior…
Preocupación por el dinero, preocupación por tu relación de pareja, preocupación por la relación con tus padres, preocupación por el trabajo, preocupación por los hijos…. se producen contradicciones dentro de ti, creas un fuerte conflicto interno, es hora de pasar a la acción y ocuparte de solucionar todo lo que esté en tu mano, buscar ayuda para lo que no puedas solucionar por tu cuenta y soltar los agobios.
La preocupación crea dolor emocional por los miedos, las inseguridades, la falta de confianza… esto hace que tu autoestima y capacidad de resiliencia se te escurran entre los dedos.
Cuando una situación adversa se presenta, de entrada te vas a preocupar pero ¡cuidado! no permitas que te atrape, solo concédele unos minutos y luego enfrenta el tema, ocúpate de él y confía en el Universo que siempre, siempre está ahí para apoyarte.
Cuando tomes las riendas y te ocupes, tu dolor emocional se disolverá. El cambio es necesario.