Seguimos con el arte de materializar tus sueños. Te aseguro que si trabajas en las directrices que voy exponiendo en estos artículos, pronto verás llegar a tu vida eso que tanto deseas.
Para continuar con buen pié, espero que hayas leído, releído y trabajado el artículo anterior. Si todavía no lo has hecho te sugiero que lo hagas ahora, lo encuentras en este enlace.
Cuando desees y pidas algo hazlo siempre desde la confianza y la fe teniendo en cuenta el mayor bienestar de todas las personas que se vayan a ver afectada cuando consigas lo que pides. Esto es hacerlo de una manera responsable y ecológica.
Recuerda que todo lo que eres, piensas, dices y haces causa el efecto onda llegando a todo el mundo, desde las personas más cercanas a ti, hasta las que están al otro lado del mundo.
Ya he mencionado que a la hora de pedir es vital hacerlo desde la fe y la confianza, existe otro detalle tremendamente importante el cual la gran mayoría de los mortales no tiene en cuenta: desear y pedir desde la conciencia de abundancia, nunca desde la escasez.
Aquí entra en juego tu mentalidad, ¿crees que eres una persona merecedora por derecho divino, o por el contrario piensas “pobrecita de mí que no tengo suficiente”?
Si pides porque no tienes, el que tu petición llegue a ti puede ser realmente tortuoso. Efectivamente si quieres algo es porque todavía no se ha manifestado a nivel físico aunque ya existe en los planos cósmicos e invisibles para el ojo humano. Aquí es donde entran tu fe y tu confianza, así como el desapego.
¿Por qué el desapego? Porque tu Sabiduría Interna sabe perfectamente que es lo mejor para ti y cuando es el mejor momento para recibirlo. Los resultados pueden ir mucho más allá de tus expectativas, entonces ábrete a recibir sin excusas y sin condiciones. Si haces esto tu vida fluirá de manera suave y divertida.
El juego de la Vida es apasionante solo que hemos estado, o estamos, acostumbrados a creer que sufrir nos hace más “buenos”, que ser pobres nos hace más “nobles”, que ser víctimas nos hace más “santos”. Nada de eso es verdad, tú eres un SER merecedor, lleno de recursos y posibilidades, ya es hora de reconocerlo y hacerte responsable de todos tus resultados.
La mayoría de las personas están atrapadas en la ilusión de los sentidos, precisamente para disfrutar verdaderamente de tus sentidos tienes que salir de esa ilusión. Para materializar tus deseos tienes que salir de la maya del mundo para esto te sugiero encarecidamente que practiques el silencio.
Para ello no necesitas convertirte en un ermitaño, solo encuentra en tu día a día un momento para sencillamente estar en silencio total, así entrarás en el campo de las posibilidades infinitas. 10 o 15 minutos diarios, apaga teléfonos y todo aparato que suene y te pueda interrumpir, no hables con nadie… cierra los ojos y disfruta del silencio, tus mejores sensaciones están ahí. Tus mejores ideas están ahí, tus mejores deseos están ahí.
Tu deseo todavía no está en el mundo físico pero desde el momento en el que empezaste a desearlo, existe en el nivel cósmico. Predisponte a manifestarlo:
- Ordena tu mente
Toma el mando y pon orden en tus pensamientos, solo necesitas energía motivadora, pensamientos positivos que te empujen a amar lo que deseas, a poner emoción en lo que deseas y te abran los caminos hacia los pasos que necesitas dar.
- Pregunta a tu Sabiduría Interna
Todo lo que concierne a tu vida está dentro de ti, todas las respuestas están dentro de ti. Puedes pedir opiniones, pero recuerda que la responsabilidad sobre tus decisiones es solo tuya entonces ¿por qué no preguntarte a ti misma, a ti mismo? Con la práctica las respuestas vendrán con facilidad, tu seguridad interna y confianza se harán fuertes.
- Ten la certeza de que ya lo tienes aunque no puedas verlo
Has ordenado tu mente, te has hecho preguntas oportunas para clarificar tu deseo y despejar el camino. Ahora juega a sacar la incertidumbre e introducir la certeza de que todo está bien en tu mundo y todo lo que deseas ya existe.
El momento en el que se materialice será el más adecuado para ti.
Te deseo un feliz viaje.