Qué fácil es vivir hacia fuera sin descubrirte a ti mismo, siempre tentado por todas las influencias “molonas” del exterior; la moda, el futbol, el cine, la política, la crisis… todas esas tendencias que pueden hacer que ocultes tu verdadera esencia.
También influyen las tradiciones, el estar mal visto si no haces como se espera que hagas, sobre todo por parte de familiares cercanos.
Y toda tu fuerza se escapa pensando que si no tienes un coche de alta gama, último modelo con todos los extras, es imposible que te puedas sentir pleno y feliz.
Todo lo anterior está muy bien, ¿por qué no? Claro que te puede gustar el futbol, ir a la moda y tener un coche. Lo bueno es hacerlo desde tu propia esencia, es decir sin dejarte arrastrar sin criterio propio, sin dejar un espacio objetivo entre tú y el exterior.
De lo contrario dejarás dormida esa importante y esencial parte de ti que es la que verdaderamente mantiene tu energía vital sana y brillante.
¿Te sientes merecedor de ser tu misma/o? ¿Te sientes merecedor de amarte? ¿Te sientes merecedor, merecedora de recibir todo lo bueno, incluido coches de lujo y ropa de marca?
La manera de descubrir la fuerza de sentirte merecedor es dándote la oportunidad de vaciarte, de soltar toda esa toxicidad que te ha ido contaminando poquito a poquito sin que fueras consciente, claro, ¿cómo ibas a ser consciente si es lo que todo el mundo hace sin cuestionarlo? Es que es lo “normal”
Entiendo que se necesita mucho coraje y valor para soltar los apegos y vivir el momento de transición, sin embargo, si quieres sencillamente ser feliz tienes que atravesar el bosque y uno de sus caminos es el merecimiento, sentirte merecedor, merecedora de ser tu misma/o.
Pues, ¿qué sentido tiene tener si no eres capaz de SER?
Lo bueno es que una vez que verdaderamente ERES, tienes la fuerza del merecimiento que te ayuda a HACER que te lleva a recibir los regalos de TENER.
Planta las semillas del merecimiento, intégralas en todos tus cuerpos y siente el poder del Universo dentro de ti.