¿En qué estabas pensando o qué estabas haciendo ese día cuando te sentías tan motivado, enérgico, interesado, creativo y animado?
Todos tenemos actividades que nos encantan hacer y nos llenan de energía, y por el contrario también tenemos que hacer cosas que nos aburren sobremanera y nos restan entusiasmo, solo pensar en ello nos desinfla.
Es fácil entender que te sientes motivado cuando lo que vas a realizar te enamora y disfrutas haciéndolo, no necesitas de algo que encienda tu motivación para ello. Sin embargo, cuando se trata de algo que no te gusta hacer… ¿de dónde sacas la motivación, que te haga accionar?
Sería genial para ti que te tomaras un tiempo para trabajar la pregunta que abre este artículo. Anota la o las respuestas.
La energía y la motivación van cogidas de la mano. Bien sabido es que durante el día tenemos momentos en los que nos sentimos más despiertos y activos, otros son más bajos, sin inspiración y poco imaginativo.
Aquí hay una clave importante: aprende a leer tu energía, hazte consciente de tus momentos en alza y los que no lo son tanto. Entonces lleva a cabo las tareas desafiantes y menos gratificantes para ti, en tus momentos álgidos y dejas las que naturalmente te motivan para tus momentos menos inspirados.
Recuerda hacer siempre lo máximo que puedas según tu propia personalidad y energía.
Cuando quieres comenzar algo nuevo o hacer algún cambio en tu vida, todo comienza con una idea en tu mente, y dándole vueltas a esa idea tú pasas por diferentes fases. Puede ser que finalmente no pases a la acción y no realices nada o bien puede que a trompicones traigas esa idea a la realidad.
Para que comprendas mejor la transformación interna por la que irás pasando y te la traigas a tu consciente, para que no te quedes a mitad de camino, aquí te dejo la fórmula eficaz para que incrementes la motivación que en un principio te trajo esa idea y llegues con ella hasta el final.
Esta fórmula está compuesta por la toma de conciencia, la observación, tu compromiso personal y la acción.
1.- Llega la idea a tu mente
En esta fase algo se ha movido dentro de ti y ha surgido la idea de comenzar algo o cambiar algo en tu vida, esto puede ser algo relacionado con tu vida personal (relaciones, cambiar de casa, cambiar de ciudad, abandonar algo que ya no te sirve…) o con tu vida profesional (cambiar de profesión, cambiar de empresa, emprender un negocio, capacitarte para conseguir un ascenso…).
La idea va y viene, la miras pero no estás seguro, las dudas te abruman y te dan miedo. No es recomendable hacer nada concreto mientras estás en esta fase, sí es buen momento para informarte, o trabajar con un profesional.
En esta fase todavía no estás listo para empezar nada. Tus pensamientos sobre esa idea te van ayudando a hacerte consciente de que quieres algo nuevo, diferente.
2.- ¿Cómo lo hago?
En esta etapa cada vez estás más decidió a cambiar o a hacer eso nuevo que quieres en tu vida. Pero todavía te sientes confuso.
Es buen momento para observarte, indagar en tu interior, ¿es esto lo que quiero realmente?, sopesar los pros y los contra, hacer una lista con ello, tomarte un tiempo para pensar y luego decidir si sigues adelante o no.
Los cómos vendrán luego y sabrás por donde empezar.
3.- Arrancando motores
Esta es la fase de la preparación. Aquí cada vez estás seguro y decidido, tus deseos de seguir esa idea son más fuertes, tus emociones te animan y la motivación cobra fuerza.
Comienzas a despertar tu compromiso personal para conseguir lo que quieres.
Todavía no te sientes del todo listo para empezar, pero cada vez estás más cerca de pasar a la acción. Es buen momento para hacer pequeñas cosas que te acerquen a la acción definitiva.
4.- Seguir adelante
Es la etapa en la que pasas a la acción, estás preparado para poner en práctica tus planes. Te sientes entusiasmado y lo verbalizas.
Aunque puedes tener momentos de bajones y falta de energía, ya estás preparado física y mentalmente para apretar el acelerador.
Recuerda que eres humano y no todo tiene que ser perfecto. Tus viejos hábitos asomaran la cabeza, lo importante aquí es enfocarte en tu gran “por qué”. ¿Por qué quiero esto en mi vida? ¿Cómo será mi vida cuando esto esté en mi realidad?
Sin duda esa gran razón disparará tu motivación.
5.- Mantenerte
Esta es la última parte de la fórmula, y viene directa de la cuarta. En tu recorrido habrás ido creando nuevos hábitos, muy necesarios para atraer eso que quieres en tu realidad. Abrázalos y no permitas que los viejos te boicoteen.
Mantente en tu decisión, revisa tus momentos débiles y aprende de ellos para seguir adelante sin mucho demora.
Practicar estos cinco pasos te refortalecerá y te ayudará a evitar el abandonar algo ya comenzado, pues te darás cuenta de si realmente quieres empezar algo o no, o te dará claridad para saber lo que SÍ QUIERES, y podrás rectificar a tiempo.
Así mismo te hará fuerte en tu decisión y te mantendrá motivado durante el camino. Te mantendrá animado en los momentos de bajón y te recargarás potentemente en los momentos de entusiasmo.
No tienes que correr, sencillamente date tiempo para vivir cada etapa.