Hoy tengo la gran alegría de entrevistar a una estudiante de segundo de bachillerato con muchas ganas de aprender, Nuria del Rio Iborra.
A Nuria le encantan las Matemáticas y además leer a Bécquer, Shakespeare, Jane Austen, Dickens… como ella dice: “me encanta leer a los grandes” y en esto tuvo mucho que ver su profesor de Literatura de su primer curso de bachillerato.
Ella está convencida de que el entusiasmo y la pasión que ponga la/el docente a la hora de enseñar es fundamental para motivar al alumnado.
Le gustan las Artes: Música, Pintura, Danza y ahora se ha lanzado a pintar y escribir para crear cosas bellas.
Pero dejemos que ella nos cuente.
¿Crees que la pasión y el entusiasmo que muestre una maestra/o profesora/o por lo que enseña influye en la/el estudiante a la hora de implicarse en clase y estar motivado por aprender?
Por supuesto que sí. Un profesor es el motor que mueve la clase; su ánimo de espíritu y ansia se transmiten a los estudiantes.
Por regla primera, los estudiantes entendemos que el colegio en sí es aburrido y necesitamos que nos pinten el ambiente de colores animados y ¿qué mejor que una voz entusiasta que tire de nosotros cuando creemos haber perdido las ganas por aprender?
A veces no es estudiar lo que nos disgusta sino que, en un determinado momento, puede no gustarnos la materia o el contenido que se estudia pero mediante juegos, risas, dinamismo…
Todos nos mostramos interesados en aprender hasta lo que más nos repugna, porque el aprender no ocupa sitio; así que nunca tenemos inconveniente en escuchar o cerrar nuestra mente al aprendizaje, nuestro inconveniente es el aburrimiento y la apatía. Es ésto exactamente lo que no nos deja acceder a los libros.
¿Qué asignaturas te gustan más y por qué?
En esta respuesta se verá implicada la anterior, y es que estos dos últimos años he estado aprendiendo Matemáticas con una gran profesora; con una profesora muy entusiasta y dinámica. Ella sabía bien que las Matemáticas no eran de agrado para la mayoría de los alumnos y a pesar de todos nuestros bostezos y nuestras pocas ganas, ella insistió sin quejas ni castigo -siempre mostrando las Matemáticas desde su línea amorosa-.
Y ahora así las veo yo, como un juego. Y jugar con los números me encanta. Los números son abstractos e imagino que quizá por eso deberían atraernos a todos. A mí me sirven de refugio cuando necesito escapar de esta realidad que, a veces, se torna bulliciosa.
Y, mencionando esto, os desvelaré también mi apego por la lectura, por la Literatura. Y tampoco habría sido posible si cierto profesor no hubiese aparecido en mi vida. En ninguna otra persona he visto tal entrega por la enseñanza; así consiguió quedar en la memoria de todos sus alumnos. Mediante la Literatura nos enseñó a crear, a cambiar, a embellecer…
¿Cuál es tu hábito de estudio?
No sigo un hábito rutinario, pero no aconsejo que me sigáis. Lo ideal sería establecer unos horarios, para nunca perderse. Aunque también considero que debería aplicarse según la persona.
A mí no me gustan los cuadros y me di cuenta hace tiempo que una organización día a día me aburría así que, tras plantearme seriamente que no dejaría ningún trabajo sin entregar en su fecha, podía estudiar a la hora que quisiese y, así hago.
A veces llego a casa y me pongo con los deberes y cuando he terminado descanso. Otros días llego a casa, veo una película o descanso un rato y luego estudio.
Pero también hay que decir que esto puedo permitírmelo ahora que estoy en un curso más alto y los profesores nos dejan anchos márgenes para entregar nuestras tareas y, por supuesto, contamos con más libertad para organizarnos.
En curso más bajos, cuando los deberes eran de un día para otro, justo al terminar de almorzar empezaba con mis trabajos hasta terminarlos.
¿Qué consejo le darías a otras/os estudiantes?
Sí de verdad quieren lucirse en el colegio, deberían no entusiasmarse tanto en el que objetivo y no caer en el pozo común en el que caemos casi todos: sacar buenas notas. Nos parecen muy importantes porque en ellas se verán reflejados nuestros esfuerzos, pero no crean que una nota aporta tanto.
Dadlo todo y aceptad que, a veces, no vais a recibir lo que os merecéis. Los grandes logros se ven conforme se acerca el final.
Estudiad con tranquilidad.
Y, sobre todo, estudiad entendiendo; porque si no lo entendéis lo olvidaréis y aunque ahora ciertos temarios os parezcan inútiles, sus conocimientos podrían serviros tarde o temprano.
No hay nada más gratificante, más aún que ser un estudiante de sobresaliente, que responder a todas las preguntas que se os hagan en la vida con un -sí, lo sé. Y si no lo sabéis os aconsejo que digáis -quiero saberlo.
¿Qué le dirías a las/los docentes?
A los docentes los animo a ser más cercanos porque si nos establecen barreras, nosotros sentiremos miedo a preguntar. Y nuestras dudas tienen que quedar siempre respondidas.
A los alumnos nos gustan que nos analicen y que nos presten atención. Siendo partícipes, aprendemos mejor, así que está bien que nos incluyan en sus clases. No gastan sus horas explicando y explicando porque los adolescentes se distraen pronto y si el diálogo es individual, el colectivo del alumnado se desvía del tema que se desarrolla en clase.
Y esto, casi lo pido como un favor: ¡paciencia! y menos gritos y castigos. Cuando tenemos dificultades a veces nos da miedo a pedir ayuda porque no queremos una mala reacción o quedar en ridículo por no saber resolver el problema.
¿Qué planes tienes una vez acabado el bachillerato?
Cuando termine Bachillerato, me inscribiré en la Universidad. Por ahora, tengo en mente estudiar una Licenciatura en Matemáticas, y luego partir clases a alumnos de secundario o bachillerato.
Siempre tuve claro que quería seguir en la enseñanza, lo que me costó fue elegir la materia que quería enseñar y me propuse Matemáticas como objetivo. Es la asignatura que más dificultades he visto que da, así que me forzaré en que las entiendan.
Un beso Mercedes y gracias por contar conmigo.
Gracias a ti Nuria, tengo la certeza absoluta de que serás una maravillosa Profesora de Matemáticas, comprometida, responsable y entregada entrañablemente a tu profesión.