Un importante pilar donde sostener tu abundancia es el que se conforma con tu donación. Dar te hace mejor persona, te hace más grande.
Compartir es recibir.
Es más, dar te ayuda a conseguir la libertad financiera que tanto deseas.
El hecho de dar es poderoso, muy poderoso. Es una inversión que volverá a ti multiplicada en algún momento, llegarás a ser una persona a la que respetan y valoran.
Se refiere a ser completamente humano, dar produce en ti algo que va más allá de o que tú haces por ti.
Es importante que te cuides, que trabajes para ti, que te ocupes de tu presente y desees tu futuro pero esto no será completo si no tocas todo tu potencial humano. ¿Qué pasaría?
Que la avaricia te convertiría en una “garrapata”. Te impediría disfrutar de tu parte altruista y generosa que te ayudaría a marcar la diferencia, en ti y en otros.
El dinero es una poderosa herramienta y es conveniente tratarlo desde esta perspectiva. El dinero te da la oportunidad de experimentar muchos aspectos de la vida que te sería complicado vivir si no lo tuvieras.
Pero el dinero en sí mismo no es el fin, no es la meta, es una herramienta que te ayuda a hacer mejores cosas, disfrutar de la vida y ayudar a otros.
Cuando das te das cuenta de las necesidades del mundo, de los demás. Cuando te decides a contribuir con tu aportación económica tu corazón se ensancha, te abres a mirar dentro de todas las posibilidades para hacer que todo marche mejor.
Decidirás a qué organización contribuir con tus aportaciones económicas, pues haberlas hay muchas y en diferentes ámbitos desde la política hasta el medio ambiente pasando por la ayuda a niños, investigación, salud…
Hay infinidad de grupos haciendo algo por los demás, solo infórmate bien para evitar a esas personas que se enriquecen sin escrúpulos usando las necesidades de los demás.
Cuando das te conviertes en alguien diferente. Cuando das siembras paz, generosidad, y lo haces con un alto propósito. Siempre que se siempre se recoge la cosecha por tanto esa paz y generosidad volverán a ti multiplicado por mil.
Te animo a que te plantees esto hoy mismo, comienza a dar. Hazlo con algo pequeño y luego podrás ir aumentando.
¿A quién le quieres dar? ¿Qué causas te motivan? ¿Qué organizaciones, grupos están haciendo el trabajo que tu quieres apoyar? ¿Quién necesita tu ayuda, colaboración?
Revisa tu presupuesto y decide qué cantidad te puedes permitir dar, recuerda empezar por algo pequeño, luego podrás ir aumentando.
Da de manera regular, decide si una vez al mes, una cada dos, tres, seis meses… sé generoso, recuerda que volverá a ti.
La cantidad que des no es importante, lo que de verdad cuenta es lo que esa cantidad representa en tu vida.