Todo comienza con un pensamiento. Cuando se trata de hacer algo, primero piensas en eso que quieres llevar a cabo, que lo hagas o no depende de ti.
¿Cuántas veces te has sorprendido dándote cuenta de que aquello que tantas veces pensaste en hacer nunca llegó a ser una realidad?
¿Cuántas veces empezaste algo que nunca acabaste porque siempre había algo más “importante” que te lo impedía?
¿Cuántas veces te has arrepentido de no haber hecho algo que realmente deseabas?
Siempre encuentras una buena excusa para justificarte ante ti misma y consolarte por no haber pasado a la acción rápidamente. ¿Y cuál es el resultado final? Frustración, pensar que no vales para nada, que no tienes voluntad ni siquiera para llevar a cabo los propósitos inmediatos del día a día, te desvalorizas y machacas.
Esto se va acumulando en tu interior con cada intención no llevada a la práctica y le vas dando fuerza a las creencias negativas sobre ti misma.
Y con esta influencia en ti, ¿cuál es la productividad que le das a tu profesión? ¿Cuánto le puedes exigir a personas que se están formando y están aprendiendo de ti?
Los niños y jóvenes perciben más allá de lo que físicamente se ve y lo notan todo, aunque no lo digan, aunque no lo creas.
Las claves que te ofrezco en este artículo te valen tanto para tu vida privada como para tu vida profesional. De hecho, todo empieza en tu vida personal y de ahí te proyectas al exterior. No eres una persona divida en secciones, eres una persona completa y todos los aspectos de tu vida necesitan estar en consonancia y armonía.
Por esto la base está en conocerte a ti misma, tus valores, tus límites, tus sueños, tu propósito. Amarte tal y como eres, respetarte y confiar en que tú puedes alcanzar todo lo que te propongas.
Obsérvate, mírate desde fuera, no te dejes distraer por todo aquello que te aparte de las tareas que son necesarias realizar para conseguir eso que quieres, por pequeño o grande que sea.
3 Claves:
- Ten tu objetivo claro. Defínelo, enfócate y cero distracción.
Si no perfilas eso que quieres conseguir, si no te defines con pelos y señales, estarás dando vueltas, todo será como una pescadilla que se muerde la cola, no llegas a ninguna parte. Esto te confunde y hace que pierdas confianza en ti misma. Así que ten tu objetivo claro y ve a por ello. Escribe todo.
- Identifica tus creencias limitantes, tus conflictos internos y elimínalos.
Al realizar el primer ejercicio te asaltaran los miedos, ansiedades, el “no tengo tiempo”, el “no puedo” “luego lo haré”. Elimina todo esto de inmediato de lo contrario estarás boicoteándote y no llegarás a ninguna parte.
Usa herramientas de apoyo, como afirmaciones positivas, visualización, aprende sobre ti. Si sola no puedes, sería un buen momento para contratar servicios de coaching.
- Prepara un plan de acción.
Coge lápiz y papel y anota todos los pasos que vas a dar hasta llegar a tu objetivo. Describe cada cosa que vayas a hacer y felicítate por cada paso conseguido.
Si fallas en cualquiera de estos pasos, no te des por vencida y vuelve a empezar, recuerda que el momento de poder y empuje siempre está en el aquí y ahora, en el presente.
Ve a por ello porque tú lo mereces, tú vales, tú puedes, tú estás llena de fuerza y coraje.