¿Cuántas veces has faltado a tu palabra? Y no digo solo a la palabra dada a otra u otras personas, también a la que te das a ti misma.
¿Cuántas veces te has dicho voy a hacer X y luego no haces nada o haces algo totalmente distinto?
Podríamos decir que estás faltando a tu compromiso, pero… ¿qué es el compromiso?
Si nos vamos al diccionario de la Real Academia Española dice, entre otras cosas, que el compromiso es:
• Obligación contraída.
• Palabra dada.
• Dificultad, empeño.
Puede ser un compromiso deliberado o puede ser impuesto por la circunstancias (dificultad).
Realmente un compromiso cumplido es un acto de gran madurez e integridad. ¿Por qué faltas a esto con demasiada frecuencia?
Ve por un momento a los propósitos que sueles hacer al comenzar un nuevo año, por ejemplo: “este año voy al gimnasio” o “este año me propongo caminar diariamente una hora” o “en enero comienzo la dieta” o… sigue tú.
Sin embargo llega enero y sigues tu vida tal cual, no haces nada de aquello que supuestamente ibas a hacer. O comienzas y abandonas cuando te agarras a la excusa de que no tienes tiempo o de pronto algo nuevo entra en tu vida, agradable o desagradable, y trastoca todos tus horarios (otra “buena” excusa).
¿Qué pasa dentro de ti cuando te das cuenta de que has faltado a tu palabra, a tu compromiso?
También se da el caso de no cumplir con lo que te comprometiste con otra persona. ¿Y aquí, cómo te sientes?
Al hacerte consciente de ello estoy segura de que te sientes mal, muy mal y tu mente corre a criticarte. Luego te repites mil motivos por los que no pudiste culminar tu palabra y a seguir con tu vida enterrando ese malestar.
La cosa es que esos malestares se van acumulando, un día tu interior ya no puede más y todo estalla pudiendo ese estallido manifestarse de diferentes formas y me temo, que ninguna de ellas será muy gratificante (enfermedad física, depresión, insomnio, relaciones rotas… etc.).
Ocurre que a veces olvidas lo que has dicho y por qué lo has dicho. Olvidas el por qué te sumaste a un grupo, por qué estás estudiando, por qué contrataste a un profesional o por qué quisiste ir al gimnasio (estas, entre otras posibles intenciones).
De ahí la importancia de hacerte consciente de tu palabra, de tu compromiso.
De ahí la importancia de estar enfocada y fortalecer tu compromiso.
Cuando te comprometes con algo o con alguien y faltas a ello, a quien en primer lugar estás faltando es A TI MISMA, a la integridad de tu pensamiento, de tu palabra.
Entonces, ¿cómo puedes fortalecer tu compromiso y además conseguirlo para cumplir con ello?
Sin lugar a dudas lo principal es SER CONSCIENTE de que te estás comprometiendo con alguien o con algo y el por qué lo estás haciendo.
A veces lo haces sin tomar verdadera consciencia de lo que haces.
Al tomar una decisión estás tomando un compromiso PRIMERO contigo misma, luego con todo lo demás incluyendo a las personas implicadas.
Cumplir con compromiso, culminarlo, es un acto de AMOR de ti para ti.
Cuando te comprometes es porque quieres un resultado concreto, ¡ve a por ello!
1.- Sé consciente.
- ¿Por qué lo decido? ¿Por qué me comprometo?
- ¿Qué tiempo tendré que dedicarle al día, a la semana, al mes?
- ¿Qué supondrá en mi vida cumplir con este compromiso si finalmente decido tomarlo? ¿Creceré? ¿Seré mejor persona? ¿Cómo mejorará mi vida,
2.- Escribe en papel, de puño y letra, tu decisión y por qué te comprometes.
3.- Permanece enfocada en ese compromiso hasta que haya culminado.
- Cada día lee lo que escribiste y sigue añadiendo a tu escrito lo que creas conveniente y oportuno para recordar por qué te comprometiste.
Tres sencillos pasos que además de ayudarte a llegar al final, a la meta, fortalecen tu integridad y autoestima.
Cero excusas, recuerda: Un acto de AMOR de ti hacia ti.
Wow, no cumplo los compromisos conmigo misma, valoro más la palabra que le doy al otro que la que me doy a sí misma. Yo que me creía hiper responsable y comprometida, me estoy fallando a mí misma.