Soy una mujer como tú, con mis miedos, mis inquietudes…
Hace unos años viví una silenciosa depresión y digo silenciosa porque creo que prácticamente nadie supo de ello.
Yo vivía normalmente; iba a trabajar, me ocupaba de mis hijos, mi casa, incluso a veces salía a pasarlo bien. ¿Quién iba a decir que yo estaba deprimida?
Pero siempre sentía una gran tristeza en mi interior y lloraba a solas. No vivía la vida que yo deseaba, no era feliz. Sentía una gran melancolía dentro de mí.
Pero aún así, yo continuaba con la vida, los momentos más dichosos eran cuando hacía mis practicas espirituales; meditación, canto, oraciones. Cuando realizaba mis afirmaciones y visualizaciones. Sin embargo eso eran momentos, luego volvía la tristeza a mi corazón.
Hasta que un día decidí que esa sensación desapareciera de mi interior definitivamente, y en eso justo instante es cuando todo el trabajo personal en mi interior cobró vida y empecé a observar sus frutos. Y poco a poco el cambio interior se fue dando.
Tuve momentos muy reveladores como por ejemplo, antes de tomar mi primer grado de Reiki estaba buscando trabajo y fue hacer el curso y en menos de una semana encontré ese trabajo.
Comprendí que quería ser Maestra de Reiki para transmitir a otros sus enseñanzas y los caminos se abrieron ante mi para llegar a esa meta.
Quise viajar a la India y lo hice 🙂
Quise ir al ashram en Nueva York de mi amada maestra de meditación y lo conseguí.
Me propuse ser facilitadora de la metodología de Louise L. Hay y después de muchos años de preparación finalmente me certifiqué como Hay Teacher.
Y podría seguir contándote mis logros, que han sido muchos, puedo decir con el corazón lleno de dicha que siempre he conseguido lo que me he propuesto, a pesar de mis noches oscuras que también han sido muchas.
Con todo esto he comprobado que soy una mujer fuerte, muy fuerte y valiente, muy valiente.
Aún sigo al acecho pues mantener mi energía elevada requiere de mi compromiso y entrega, de no dejarme contaminar y elevar mi mirada hacia el cielo. Esto es un trabajo del día a día, y doy gracias por todas las herramientas con las que cuento para llevar a la practica mi acción y diseñar la vida que quiero.
La mujer que soy ahora, no tiene nada que ver con la que fui aquellos días de “abismo”. ¡Gracias! Hoy me siento feliz 🙂
Me vas a permitir que desde aquí le de las gracias infinitas a:
- Mis padres dos personas excepcionales que aman la vida, les adoro y quiero con todo mi corazón
- Mis hijos dos seres extraordinarios que cada día me enseñan algo nuevo, les amo desde lo más profundo de mi alma, ellos son la luz de mi vida.
- A mis maestras y maestros por su paciencia y amor hacia a mi, os quiero.
- A mis lectoras y clientas, las quiero mucho, mil gracias pues sin vosotras mi trabajo profesional estaría carente de sentido.
Y también quiero dar las gracias al aire que respiro, prana invaluable que me mantiene en contacto con la Divina Esencia y mi Sabiduría Interna.
Hoy estoy aquí para seguir creciendo y al mismo tiempo guiarte a través de mis conocimientos y experiencias, para ayudarte a ver todo lo que puedes conseguir descubriendo tu maravillosa fuerza interior, tu poder personal.
Con mi ayuda tus noches oscuras serán cortas. El camino hacia tus objetivos será divertido, más ancho y llegarás más rápido.
Recuerda: la vida pasa rapidito y no espera a nadie. ¡Aprovecha tu tiempo!
Con todo mi cariño,
Mercedes:
Me encanta esta magnifica relación de tu vida, es especial como has venido afrontando cada reto de tu vida hasta considerarte en la actualidad una persona feliz y exitosa. Ademas que lindos agradecimientos a todas las personas amadas, y las que significan en tu vida.
Un cariñoso abrazo
Gracias Eugenia, un abrazo de luz para ti 🙂
Gracias por las herramientas que nos das . Me he puesto a pensar que los períodos tristes han sido por no elevar mi mirada al cielo, a la oración y vivir según la sintonía del otro que era baja. Ahora me propongo estar más atenta a esa energía que fluye a mi alrededor para protegerme y lograr cambios.
Me encantó leer algo sobre tu vida, Mercedes. A pesar de venirte siguiendo desde hace, más o menos, un año y medio, sabía muy poco acerca de tu proceso de crecimiento y, creeme, me siento muy identificada contigo y esperanzada pues aún estoy en la lucha; no obstante, al verte crecer, siento gran esperanza de que un día – espero que no muy lejano porque ya no soy una jovencita – estaré disfrutando, como tú, de mis logros, de paz mental y de la libertad que da tener mis necesidades materiales cubiertas para dar espacio a otras tareas más elevadas. Un abrazo y gracias por compartir.
Hola Mercedes!
Efectivamente llevo muchos años de trabajo personal y sigo en ello pues, como cuento en este artículo, es un trabajo continuo que tiene un punto de partida pero no un punto y final. Siempre hay algo que mejorar, que perfilar, algo que ya creías superado de repetende te puede golpear!!!
Te deseo muchos éxitos y desde aquí te animo a que sigas adelante, que te enfoques en todas las bendificiones que ya tienes en tu vida, para así hacer que aumenten. Y recuerda: la verdadera felicidad está en tu interior.
Abrazos,
Mercedes Mata