Se da por hecho que estás altamente capacitada y cualificada para poder enseñar a tus alumnos a nivel académico, que das lo mejor de ti en tus clases y te esfuerzas en hacerte entender. Yo te pregunto: ¿estás satisfecha con los resultados?
Los niños y adolescentes necesitan autoestima y claro está esto comienza en el hogar, no en el colegio. Sin embargo es necesario que el docente tenga en cuenta que para que el alumno aprenda o no aprenda un alto porcentaje depende de la manera en que se transmite la esencia de la materia que se imparte.
Siempre hablo de que la autoestima en el docente es imprescindible para un buen desarrollo de su trabajo y en esto se incluye sus habilidades para relacionarse con los estudiantes, hacer participar en clase al alumno, hacerle preguntas de manera que se sientan motivados a contribuir con sus ideas y opiniones es una manera de decirles que ellos importan y esto sin duda hace que su autoestima se fortalezca.
Ya sé que como docentes estáis bajo una fuerte presión pues hay muchos frentes ante los que estar alerta y si encima tenéis que estar pendiente de si el niño tiene una autoestima optima… Y sé que pensáis que eso es tarea de los padres, la relación que estos desarrollen con sus hijos.
Muy bien, eso está muy bien, sin embargo aquí se trata de tu labor en el aula y cómo te entregas a tu trabajo. Para provocar en tus alumnos el interés por aprender es fundamental que AMES lo que enseñas, que veas que tu trabajo no está limitado a un año escolar, pues tu influencia en esos futuros adultos puede perdurar durante lo largo de sus vidas.
Recuerda, los docentes hacéis una labor muy muy importante, de alguna manera marcáis el futuro de esas personas, y vais a influir en sus decisiones en cuanto al futuro académico.
Conoce a tus alumnos, ya sé que cuando se tienen 30 alumnos en cada clase puedes pensar que esto es un poco de locos, pero yo estoy segura que les conoces a cada uno de ellos mucho mejor de lo que ni siquiera te imaginas.
Conócelos y a parte de enseñarles académicamente, enséñales a ser mejores personas, enséñales a conocerse a ellos mismos, a ver sus valores, a reforzar sus fortalezas, a enfocarse en lo bueno.
Si estás lista, si tienes una relación armoniosa contigo misma, esto de lo que te hablo no tiene porque suponer un esfuerzo extra por tu parte.
Te dejo unas claves para que tu consciente se vaya moviendo hacia esta nueva manera de estar con tus estudiantes:
1. Recuerda cuando tu era como ellos, cuando tu tenías esa edad. Recuerda como eran tus maestros, profesores, qué te gustaba de ellos que no te gustaba…
2. Observa tu monólogo interno, cómo te hablas a ti misma, cómo le hablas a tus alumnos, cómo te gustaba que te hablaran tus profesores…
3. ¿Qué es lo que más te gusta y te hace saltar de alegría?
4. Cuídate y mantén tu autoestima y tu fuerza interior siempre impecable y renovada. Amate y ama lo que haces para que a tu paso todos veas como brillas.
Cuando eres feliz contigo misma te sientes libre para hablar y sonreír frente a tus alumnos y los padres de tus alumnos.
Que importante y necesario es conocer a los alumnos. Cuando se dedica algún tiempo para ello nos sorprendemos de la historia personal de cada uno, y cuan importante que ellos sientan nuestro afecto y cariño. Ademas del respeto existirá cariño mutuo, y cuan necesario para ellos son esas manifestaciones cuando se dan cuenta que son importantes para alguien: nosotros.